Orlando Santibáñez Fernández, fue un novillero conocido como “Orlando Gaona” que, según Los Toros de Cossío, era mexicano de nacimiento y peruano de nacionalidad.
La realidad es que, los escasos datos biográficos que sobre este personaje existen, dicen que: “nació el 17 de febrero de 1937 en Oroya y que, siendo muy niño, sus padres se trasladaron a la ciudad de Acobamba, de donde eran originarios”.
Oroya existe tanto en Perú como en México. En el país andino, La Oroya es la capital de uno de los diez distritos de la provincia de Yauli, del departamento de Junín, en la Sierra Central peruana; mientras que, en el país azteca, Oroya es una calle de la zona de Lindavista, perteneciente a la delegación de Gustavo Adolfo Madero, al norte de la ciudad de México.
La ciudad de Acobamba, es la capital del distrito y provincia de dicho nombre, que pertenece al departamento peruano de Huancavelica, y se encuentra a una hora escasa de La Oroya andina, pues está a menos de 60 Km. en dirección hacia Lima, la capital, de la que, a su vez, dista unos 250 Km. (casi cuatro horas de coche).
Hay que convenir que, casi con total seguridad, el Cossío está confundido y Orlando Santibáñez nació en ciudad de La Oroya andina y vivió en la de Acobamba, más hacia el interior peruano, pero relativamente cerca de donde nació y de donde eran sus padres. Allí pasó su infancia y adolescencia, y allí se le despertó la afición por la fiesta brava, lo que le impulsó a marcharse a Lima, no sin antes terminar sus estudios elementales.
En la capital peruana, hacia 1950, entró como alumno en la Escuela taurina de Acho, cuyo director era, en aquel entonces, Oscar del Pomar el empresario de la plaza de Acho. (Ver Nota nº 1)
Hizo su debut como novillero sin picadores en Quito (Ecuador) y, posteriormente marchó a México buscando una tierra que le pudiera proporcionar más oportunidades en el mundo del toro. Pero tampoco allí tuvo fortuna y decidió cruzar el charco y venirse a España. Arregló sus papeles en la embajada española de la capital azteca, donde encontró facilidades debido a que el cónsul hispano era un gran aficionado taurino por lo que, además de facilitarle los trámites burocráticos, le proporcionó nombres de personajes del mundillo taurino español que podrían ayudarle a su llegada a la península ibérica.
Carente de posibles para sacarse un pasaje de avión o de barco, decidió viajar como polizón en un buque de pasajeros, camuflándose entre los fardos de mercancías en la bodega de la nave y alimentándose a base de rebuscar en las sobras de las comidas del pasaje.
Arribó al puerto de Cádiz al inicio de la década de los años 60 del siglo XX, y viajó hasta Córdoba, buscando a un afamado ganadero que le había recomendado el cónsul de España en México.
En la ciudad de los Califas Omeyas y de la torería, tuvo la oportunidad de que lo entrevistaran en la emisora EAJ24 “Radio Córdoba” en sus estudios de la calle Alfonso XIII. Posiblemente la entrevista la haría Pepe Anta que era el encargado, en aquellos años, de la crónica taurina en la citada emisora, como sucesor de José María Gaona Chau “Tío Caniyitas” que hacía unos años que se había marchado a Madrid, y, no se sabe si por error o recordando, de forma intencionada, el apellido de “Tío Caniyitas”, nuestro personaje fue presentado como “Orlando Gaona” en vez de Orlando Santibáñez. Pero a él le pareció tan bien, que decidió usar, a partir de entonces, dicho nombre como apodo taurino en los carteles, y con tal nombre es nominado en Los Toros de Cossío, como antes hemos señalado, y esa es, posiblemente, la causa por la que diga que Orlando era mexicano de nacimiento y peruano de adopción, porque en el mundo de los toros, si te apellidas “Gaona”, tienes que ser mexicano, como lo era el gran Rodolfo Gaona.
Pero en Córdoba, el emigrante peruano Orlando, no consiguió que se le abrieran las puertas de los contratos y las actuaciones, tal como él esperaba, y decidió trasladarse a Madrid con la idea de tener mejor fortuna. Sin medios para coger un tren, optó por hacer auto stop, y de tal forma consiguió llegar a la capital de España. Pero allí tampoco encontró la oportunidad que buscaba y, siguiendo algún sabio consejo, decidió irse a Barcelona, pero lo hizo andando, a lo largo de más de veinte días, con la idea de llamar la atención de los medios de comunicación y que aquello le sirviera de publicidad para darse a conocer.
Y lo consiguió porque, efectivamente toreó bastantes novilladas en diferentes plazas catalanas a lo largo de la temporada de 1961 y, especialmente destacada fue su actuación en Figueras, donde despacho con gran éxito una novillada de Jesús Sánchez Montejo, alternando con Luis Baena y Juan Sendino “El Arenero”, donde se anunció como Orlando Gaona “El Peruano”.
Después de la temporada de 1961, regresó a Córdoba, con la idea de afincarse y utilizar los contactos que le había proporcionado el cónsul español en México. Conoció e hizo amistad con Manuel Rodríguez Garrido, hijo del primo hermano de “Manolete” Manuel Rodríguez Castillejo, alias “Palitos”, el que había intentado ser torero al mismo tiempo que su universalmente famoso pariente y que llegó a anunciarse de becerrista en el mismo cartel que él (Ver Nota nº 2).
La amistad con Manuel Rodríguez Garrido fue tan intima que éste se prestó a ser su apoderado y, con el nombre torero de “Orlando Gaona”, lo anunció en Jaén, el Puerto de Santa María y Córdoba, y volvió a torear en plazas de Barcelona, también con dicho nombre. Y además consiguió que, por la relación y amistad que tenía con sus primos los Saco Rodríguez “Cantimplas”, tres de estos fueron subalternos en la cuadrilla de “Orlando Gaona”: Rafael “El Pelu”; José “Niño Dios”; y Fernando “Fernandi”, y ellos fueron testigos de varios triunfos notables por los que recibió algún premio, como “La Oreja de Oro” de la Tienta. Sin embargo, “Orlando Gaona” no consiguió tomar la alternativa porque sufrió varios percances de importancia que terminaron, en muy poco tiempo, hacerle desistir de su empeño.
Pero la amistad de Orlando Santibáñez Fernández con Manuel Rodríguez Garrido, el hijo de “Palitos”, tuvo otra trascendental importancia, y es que aquel se enamoró de una de las hijas de este, llamada Fuensanta, con la que se casó en Córdoba, razón por la que el novillero peruano pasó a formar parte de la saga familiar de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” y en tal condición, conoció a Doña Angustias Sánchez Martínez, la madre del universal Califa cordobés de la torería, que le regaló un terno azul marino y oro, que había sido de su fallecido hijo, vestido que Orlando lució en más de una ocasión.
Y poco después, el 9 de junio de 1962, llegaría el punto y final de la trayectoria taurina de “Orlando Gaona”, pues en esa fecha hizo el paseíllo en una novillada nocturna en Almería, acompañado del palentino Amado Revilla Ordóñez “Amado Ordoñez” en los carteles, y el colombiano Miguel Cárdenas, que se enfrentaron a un encierro del hierro de Román Sorando, ganado que entonces pastaba en Andújar y hoy lo hace en Villanueva de la Reina.
Al primero de su lote lo recibió “Orlando Gaona” con unas templadas verónicas a pies juntos, rematadas con una “chicuelina”, pero al intentar hacer un quite, fue prendido por el novillo que le infringió una tremenda cornada en el tórax, que a punto estuvo de costarle la vida, y que, desgraciadamente, puso fin a su vida activa como torero, pero incrementó su afición como espectador, lo que le permitió conocer, en una cafetería cercana a la plaza de Las Ventas de Madrid, a Juan Belmonte García, poco antes de que pusiera un fin trágico a su vida. Le contó al “Pasmo de Triana” como su mala fortuna que le había obligado a retirarse, y Belmonte le respondió: “Mira, chiquillo, para triunfar en los toros se necesita mucho valor y talento, y un poquitín de buena suerte”.
Orlando Santibáñez Fernández, con su esposa Fuensanta Rodríguez, se marcharon en busca de mejor fortuna a Francia, y recalaron en Mulhouse en el centro de la Alsacia, cerca de las fronteras alemana y suiza. Allí fueron padres de cuatro hijos: un varón llamado Walter Manuel; una guapa mujer llamada Jennifer; y dos más que desconocemos sus nombres.
Después, a principios de los años ochenta, se le pierde la pista al novillero peruano “Orlando Gaona”, aunque no al resto de su familia que se sabe que siguió afincada en la citada ciudad alsaciana. El último dato que se tiene de él, es que vivió sus últimos años en la ciudad peruana de donde procedía, o sea en Acobamba, lejos de su mujer y sus hijos, y que falleció en el mes de enero del año 2010 siendo enterrado en el cementerio de dicha ciudad.
Fuente de Varias referencias web:
Publicacion de Jose Luis Cuevas Las truculentas historias del torero peruano “Orlando Gaona” y de su hijo “Palitos”, novillero cordobés por su origen materno.https://elcallejoncordoba.blogspot.com/2023/11/las-truculentas-historias-del-torero.html
EL PASEILLO DE LA VIDA: ORLANDO GAONA, LA INCREIBLE HISTORIA DE UN GRAN TORERO ACOBAMBINO. (martinmoises.blogspot.com) https://martinmoises.blogspot.com/2010/03/orlando-gaona-la-increible-historia-de.htlm. 'EL OBJETIVO DE LADIS': La corta pero triunfal historia de 'Palitos'WebManuel Santibáñez Rodríguez 'Palitos' (1.965-2009), https://patiocuadrillas.blogspot.com/2009/10/el-objetivo-de-ladis-la-corta-pero.html
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